Hepatitis C - VHC
La hepatitis C es una enfermedad infecciosa del hígado provocada por el virus de la hepatitis C (VHC). Es una de las principales causas de enfermedad hepática crónica y puede llevar a complicaciones graves si no se trata adecuadamente. A diferencia de otros tipos de hepatitis viral, no existe vacuna para prevenirla, lo que hace esencial conocer cómo se transmite, se diagnostica y se trata.
Creado: 2025-04-14La hepatitis C es una enfermedad infecciosa del hígado provocada por el virus de la hepatitis C (VHC). Es una de las principales causas de enfermedad hepática crónica y puede llevar a complicaciones graves si no se trata adecuadamente. A diferencia de otros tipos de hepatitis viral, no existe vacuna para prevenirla, lo que hace esencial conocer cómo se transmite, se diagnostica y se trata.
Transmisión El virus de la hepatitis C se transmite principalmente por contacto con sangre contaminada. Las formas comunes de transmisión incluyen:
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Compartir agujas o jeringas, especialmente en el uso de drogas inyectables.
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Exposición a instrumentos médicos no esterilizados.
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Transfusiones de sangre realizadas antes de 1992 (fecha en la que se implementaron controles estrictos).
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De madre a hijo durante el parto (menos común).
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Relaciones sexuales sin protección con una persona infectada (menos frecuente).
Síntomas Muchas personas con hepatitis C no presentan síntomas durante años. Cuando aparecen, pueden ser vagos y no específicos, tales como:
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Fatiga
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Náuseas
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Dolor en la parte superior derecha del abdomen
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Ictericia (color amarillento en piel y ojos)
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Orina oscura y heces claras
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Pérdida de apetito
La hepatitis C puede evolucionar lentamente durante décadas y causar daños graves en el hígado, incluyendo cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer hepático.
Diagnóstico El diagnóstico de la hepatitis C se realiza mediante análisis de sangre. Se utilizan pruebas para:
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Detectar anticuerpos contra el virus (indican exposición).
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Confirmar la presencia del virus mediante pruebas de ARN del VHC.
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Determinar el genotipo del virus (importante para elegir el tratamiento adecuado).
Tratamiento El tratamiento de la hepatitis C ha avanzado significativamente. Los medicamentos antivirales de acción directa (AAD) han revolucionado la terapia, permitiendo la curación de más del 95% de los casos. Las características del tratamiento incluyen:
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Duración de 8 a 12 semanas.
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Pocos efectos secundarios.
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Alta tasa de éxito, incluso en personas con cirrosis.
Prevención Aunque no existe una vacuna para la hepatitis C, se pueden tomar medidas para prevenir la infección:
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No compartir objetos punzocortantes ni agujas.
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Utilizar preservativos durante las relaciones sexuales de riesgo.
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Asegurarse de que cualquier procedimiento médico o de tatuaje se realice con instrumentos esterilizados.
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Realizar pruebas si se ha tenido exposición a factores de riesgo.
Pronóstico Con el tratamiento adecuado, la hepatitis C es curable en la mayoría de los casos. La detección temprana es clave para evitar daños hepáticos irreversibles. Sin tratamiento, la infección crónica puede progresar lentamente y causar complicaciones potencialmente mortales.
Conclusión La hepatitis C es una enfermedad grave pero curable. La educación sobre su transmisión, la realización de pruebas y el acceso al tratamiento son esenciales para controlar esta infección a nivel individual y comunitario.
Este artículo tiene fines informativos. Para obtener un diagnóstico o tratamiento, consulte con un profesional de la salud.