Algunos estadounidenses han expresado su preocupación, debido a un erróneo informe de los medios de comunicación, que la pequeña cantidad de radiación que recibe un paciente de una mamografía puede aumentar significativamente la probabilidad de desarrollar cáncer de tiroides. Esta preocupación, simplemente no está sustentada por la literatura científica.
La dosis de radiación a la tiroides a partir de una mamografía es muy baja. La tiroides no está expuesta directamente al haz de rayos X utilizado para la imagen de la mama y sólo recibe una pequeña cantidad de rayos X dispersos (menos de 0.005 miligray). Esto es equivalente a sólo 30 minutos de radiación natural recibida por cualquier persona a partir de fuentes naturales.
Para la mamografía anual entre las edades de 40 a 80 años, el riesgo de cáncer de esta pequeña cantidad de radiación dispersa a la tiroides es muy pequeño (menos de 1 en 17,1 millones de mujeres examinadas).
Este riesgo diminuto debe estar equilibrado con el hecho de que el uso de un protector para la tiroides podría afectar la posición óptima y puede causar artefactos (sombras que pueden aparecer en la imagen de la mamografía). Ambos factores pueden reducir la calidad de la imagen e interferir con el diagnóstico. Por lo tanto, el uso de un protector de tiroides durante la mamografía no es recomendable.
A las pacientes se les insta a no posponer o evitar la mamografía sobre la base de este informe erróneo de los medios.
Fuente: Declaración del American College of Radiology y la Society of Breast Imaging sobre la radiación recibida a la tiroides durante la mamografía, abril 2011
Más información:
http://www.news-medical.net/news/20110406/15623/Spanish.aspx